Nací, viví y evolucioné en un pequeño pueblo no muy lejos de Valencia. O me picó una araña radioactiva, o soy el último superviviente de un planeta remoto: depende del día y de la Tierra en la que esté. Me puedo meter entre pecho y espalda tanto un Batman, como un BD de Vivès o lo último de Asano. La cuestión es no hacerle ascos a nada.
